Con la luz de la mejor luna de los últimos 20 años, el calor de una
fogata y unas quezadillas para mitigar el hambre, platicábamos mi papá,
Luis y yo a cerca de nuestras aventuras de pesca. Un poco más para allá
estaban mis tíos, mi mamá y mi hermana, que también comían sus
quezadillas de harina entre risas.
Llegamos a Tula el sábado 19 de marzo cerca de las 6 de la tarde, molestando a Luis por teléfono, hasta que dimos con el lugar. Al llegar vimos un lago pequeño, con muchos...
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