Con la luz de la mejor luna de los últimos 20 años, el calor de una fogata y unas quezadillas para mitigar el hambre, platicábamos mi papá, Luis y yo a cerca de nuestras aventuras de pesca. Un poco más para allá estaban mis tíos, mi mamá y mi hermana, que también comían sus quezadillas de harina entre risas.

Llegamos a Tula el sábado 19 de marzo cerca de las 6 de la tarde, molestando a Luis por teléfono, hasta que dimos con el lugar. Al llegar vimos un lago pequeño, con muchos juncos, y señales de peces por todos lados. Carpas brincando por aquí y por allá, lomos zurcando el agua, nubes de tierra bajo el agua, algunas más, de buen tamaño, boqueando por una esquina, en fin, muchísima actividad, lo que nos entusiasmó bastante.

Llegó mi amigo  "el grande", dijo Luis cuando llegaba una moto al lugar, se dedica a tatuar, comentó, más tarde llegó Santiago, con su esposa, y después Ricardo Diaz y algunos amigos más de Querétaro.

A la media noche nos fuimos a dormir todos como cenicientos.

Temprano en la mañana, al salir de la casa de campaña, me doy cuenta que toda la orilla del lago estaba ya tapizada de pescadores, apretados unos junto a otros y algunos minutos después me entero de una noticia peor: Se nos olvidó el café . . .

Afortunadamente, Luis pensó en todo, y había una buena olla cerca de la mesa de pesaje. Ya con mi café en mano, trataba de desifrar como iba a estar la pesca. No iba a ser fácil, Luis nos había comentado que raramente hay gente pescando en el lago, y hoy, con tantas líneas en el agua, las carpas estarían bastante estresadas y seguramente no habría mucha actividad.

Poco antes de las 7am cebé un poco frente a donde pescaríamos, y antes de comezar el torneo aumentó un poco la actividad en la zona, comenzaron picando bien, a los 15 minutos, del otro lado del charco se escucharon aplausos, era la primera captura del evento.Conforme transcurría el tiempo el pique paró. Comenzaron picando bien con el maíz, pero ahora las cañas no reflejaban acción.

Cambiamos a lombriz y solo esporádicamente teníamos algun pique. Después el aire se soltó bastante fuerte y la pesca murió.

Ya cerca del medio día el aire aminoraba a ratos, los cardúmenes de mojarras se paseaban frente a todos como diciendo - intenta pescarme - pero nada, no se veía movimiento tampoco con los demás participantes.

Pasada la una de la tarde tuvimos la primera captura. 150 grs. Como diría el buen Erick de la Mora, las infalibles biscosas pero sabrosas lombrices.

Yo tenía una caña hasta la mitad del otro lago del lago,  donde no había nadie pescando, con un boilie de perro, /no se como llamarlo, es una mezcla de alimento de perro con otas harinas y un dip de carne), que tenía bastante actividad, pero con las carpas pequeñas, que no alcanzaban a engullir el boilie. Mas cerca, junto a los juncos, otra caña con maiz en el hair que no tenía movimiento alguno.

Conforme pasaba el tiempo el aire volvió a dar tregua y las carpas se activaron nuevamente, esta vez, la carnada en turno masa. Tuvimos un par de capturas más, y casi al finalizar del torneo una más con lombriz. Todas nuestras capturas en los 150 grs, hasta parecían la misma carpa, a no ser por una carpa espejo regordeta que se pegó en una de mis cañas, pero que no alcanzaba la talla mínima.

El final, Ricardo Díaz y su hijo hiceron el 1 - 2 y un chavo del lugar, que no recuerdo el nombre, se llevó el tercer lugar y el premio a la carpa más grande, que andaba en los 400 grs.

La organización fue excelente, los premios también. El único pero que yo podría poner fue que se rebasó la capacidad del lago, sin duda la pesca hubiera sido mejor con menos líneas en el agua.

Esperamos pronto la segunda parte de este evento.

Saludos

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